Ideas prácticas que puedes aplicar desde hoy
Aprender inglés no tiene que ser complicado ni aburrido. Con algunos hábitos sencillos, puedes avanzar mucho más rápido, sentirte más seguro y, sobre todo, disfrutar el proceso. Estos hábitos están inspirados en cómo estudian los estudiantes de medicina (¡sí, esos que tienen que memorizar montones de cosas!) pero adaptados para personas como tú que quieren mejorar su inglés.
Aquí te mostramos los 10 hábitos que pueden hacer la diferencia:
1. Organiza tu tiempo
Un psicólogo y muy buen amigo mío me dijo un día: los compromisos que hacemos con nosotros mismos son los más fáciles de incumplir. Ciertamente, si no decidimos cuándo vamos a estudiar, es fácil dejarlo para después y, el después no siempre llega. Tener horarios fijos de estudio, aunque sean sesiones cortas, te ayuda a crear una rutina y mantenerla de forma permanente. Tal como lo hace Laura, que estudia inglés todos los días a las 7 a.m. antes de ir a la universidad. Ella usa 20 minutos para ver un video, repasar las palabras nuevas y escribir unas cuantas oraciones en su cuaderno de inglés.
2. Estudia sin distracciones
Tómate un descanso de las pantallas y enfócate. El celular o la televisión pueden sacarte del enfoque. Es muy importante que tu espacio, al igual que tu tiempo, esté destinado para tus sesiones de aprendizaje. Asegúrate que tu espacio de estudio esté libre de interrupciones y así podrás aprender más en menos tiempo. De la forma que lo hace Andrés. El se pone sus audífonos, apaga las notificaciones de su celular y estudia inglés con podcasts durante 25 minutos usando un temporizador que le recuerda cuándo descansar.
3. Ponte metas claras
No es lo mismo decir “voy a estudiar inglés” que decir “esta semana aprenderé 10 palabras sobre comida” o “voy a poder presentarme en inglés sin leer”. Las metas te motivan y te muestran que sí estás avanzando. Así lo hace Mariana, quien trabaja en una cafetería y se propuso hablar en inglés con al menos 3 turistas cada semana usando frases básicas como “Can I help you?” o “How was your day?”.
4. Estudia un poquito cada día
No necesitas estudiar 3 horas de corrido. Siendo realistas, con lo complicada que puede llegar a ser la vida, pocas personas tendrán el lujo de tener sesiones de 3 horas de estudio. Si sigues nuestro blog, ya estarás familiarizado con La Curva del Olvido y cómo evitarla. Con 20 o 30 minutos diarios puedes aprender mucho más que si solo estudias una vez a la semana. La clave está en la constancia. Felipe, por ejemplo, escucha una canción en inglés cada mañana, anota 5 palabras nuevas y luego trata de usarlas en frases simples durante el día.
5. Estudia solo, de vez en cuando
Cuando se trata de aprender un idioma nuevo, la interacción con otros aprendices u otros hablantes del idioma que estás aprendiendo es clave. Sin embargo, también momentos para pensar, repasar y practicar por tu cuenta son completamente necesarios. El estudio independiente puede ayudarte a notar tus errores más fácilmente. Una forma de hacerlo sería un mini diario en inglés, como el de Andrea. En el diario, ella cuenta lo que hizo diariamente. Luego lo lee en voz alta y busca errores usando una app.
6. Usa videos, apps, juegos y canciones
No todo tiene que ser libros. Hay muchas formas divertidas de aprender: viendo series, jugando, cantando, escuchando podcast, etcétera. Mientras más variedad, mejor. Puedes hacer lo que hace Santiago, que ve sus series favoritas en inglés con subtítulos, juega en Wordwall y sigue cuentas de Instagram que enseñan inglés de forma divertida.
7. Explica lo que sabes a otras personas
Tim Minchin: músico, actor, compositor y escritor australiano, nos regaló un discurso de graduación magistral en 2013. Una de las nueve lecciones de vida que nos compartió fue la invitación a ser profesores: Share your ideas. Don’t take for granted your education. Rejoice in what your learn and spray it. Cuando enseñas, tú también aprendes. Explicar a alguien una palabra o una regla te ayuda a recordarla mejor y a entenderla más profundamente. Esta idea la entendió por completo Paula, quien armó un grupo de WhatsApp con sus amigos para compartir frases útiles, corregirse entre ellos y practicar conversación por mensajes de voz.
8. Revisa lo aprendido con frecuencia
¿Has escuchado la frase: no eches en saco roto las enseñanzas? A veces nos enfocamos solo en aprender cosas nuevas, pero revisar lo que ya sabes te ayuda a no olvidarlo y a darte cuenta de cuánto has avanzado. ¿Cuándo fue la última vez que revisaste las notas o tareas del mes pasado? Mejor haz como David, que guarda sus escritos en inglés y cada semana elige uno viejo para mejorarlo con lo que ha aprendido desde entonces.
9. Haz ejercicios parecidos a los del examen
Existen varios exámenes internacionales que pueden certificar tu nivel de conocimiento en el idioma. Si algún día quieres certificar tu nivel de inglés, es bueno practicar con ejercicios que se parezcan a un examen. Pero incluso si no lo haces, eso te da seguridad y te muestra cómo usar lo que has aprendido. Eso es lo que hace Sofía, quien busca exámenes de práctica en internet y los hace una vez por semana para probarse a sí misma.
10. Encuentra tu porqué
Cuando aprendes inglés por una razón que realmente te emociona: viajar, cantar, trabajar, hacer amigos, entre otras, es más fácil mantener la motivación. Ese es el caso de Carla, que ama la música, así que aprende inglés buscando la letra de sus canciones favoritas, traduciéndolas y cantándolas con confianza.
En resumen: no es perfección, es progreso
Aprender un idioma no es una carrera de velocidad. Es más bien un viaje largo y emocionante, lleno de momentos de duda, pequeños triunfos, risas, errores, descubrimiento y, sobre todo, crecimiento. A veces creemos que para aprender inglés necesitamos hacerlo todo perfecto, tener mucho tiempo libre o estudiar durante horas seguidas. Pero no es así.
Lo que realmente necesitas es decisión, constancia y una buena actitud. No tienes que esperar a sentirte listo. Solo tienes que dar el primer paso, aunque sea pequeño. Porque cada palabra aprendida, cada audio escuchado, cada frase dicha con valentía, te acerca un poco más a tus metas.
Los hábitos que te compartimos aquí no son reglas estrictas. Son caminos posibles. Puedes adaptarlos a tu vida, combinarlos, probarlos, fallar y volver a intentar. La idea es que el inglés se vuelva parte de tu día a día, que lo vivas, lo sientas y lo disfrutes.
¿Te imaginas poder pedir tu comida favorita en otro país sin miedo?
¿O entender la letra de esa canción que tanto amas?
¿O conectar con alguien de otro lugar y descubrir cuánto tienen en común?
Eso no ocurre de la noche a la mañana, pero sí ocurre. Le pasa a las personas que no se rinden, que encuentran sentido en lo que aprenden, y que transforman sus rutinas en oportunidades de crecer.
Así que no necesitas hacerlo perfecto. Solo necesitas hacerlo.
Y si algún día te falta motivación, recuerda:
Estás aprendiendo una lengua para abrir puertas, cruzar fronteras y expandir tu mundo.
Ese ya es un motivo poderoso para continuar.
¿Y tú? ¿Con cuál de estos hábitos vas a empezar hoy?
El momento perfecto no existe. Pero el momento presente sí. Y puede ser el mejor de todos si decides usarlo para crecer.
